viernes, 22 de diciembre de 2017

3 consejos para comenzar a practicar Yoga con los niños


Hoy en día podemos encontrar multitud de referencias sobre la crianza respetuosa. Por suerte, sabemos que es necesario educar de forma distinta a los últimos veinte años y es fácil encontrar libros, webs con información, vídeos para aprender teorías o métodos que nos lleven a cambiar la forma de relacionarnos con los niñ@s.

Todas estas teorías prometen una mejora en el desarrollo emocional del niñ@. Aseguran que educar a través del Yoga, con psicología positiva o el método Montessori, entre otros, va a favorecer un mayor control de emociones, un niñ@ que es capaz de auto regularse, de estar en calma, de resolver conflictos positivamente o de adquirir una mayor confianza en sí mismo. Saber esto resulta tan convincente que en ocasiones ¡nos olvidamos de lo realmente importante!  

¿Cuáles son bases sólidas para consolidar estos aprendizajes?

Consejo 1: El Yoga no se enseña, se comparte.

Es importante no perseguir objetivos ni metas que alcanzar cuando practicamos yoga con los niñ@s. No debemos esperar conseguir los resultados que tanto hemos leído en los libros o que esperamos que sucedan como consecuencia de “tal” ejercicio. Si hacemos esto nos estaremos alejando de las verdaderas enseñanzas del Yoga. Debemos abrirnos a la experiencia que estemos llevando a cabo aprendiendo a observar lo que sucede para así poder acompañar al niñ@ en ese momento presente.

Yoga=Compartir=Acompañar=Proponer=Guiar


Consejo 2: Cada niñ@ experimenta el Yoga de forma diferente.

Algunos niñ@s conectan rápidamente con las prácticas y los juegos que se proponen. Son niñ@s que encuentran una puerta para algo que llevaban tiempo buscando. Su naturaleza es explorar su mundo interior y aprender a desarrollar hábitos sociales como la empatía, la compasión, la solidaridad, la escucha… Ellos se sienten como en casa. Probablemente, tienen facilidad para desarrollar lo que el Dr. Howard Gardner denominó Inteligencia Espiritual o Existencial entendida como una Inteligencia que identifica la reflexión sobre cuestiones fundamentales de la existencia y el reconocimiento de la Espiritualidad como un estado de bienestar”. Desde que en 1983 el Dr. Gardner inició una primera revolución al proponer una visión múltiple de la inteligencia en su libro “Inteligencias múltiples” en el que proponía la existencia de diferentes inteligencias presentes en las personas pero con un diferente nivel de desarrollo; debemos aceptar que no todos los niñ@s respondan de la misma manera. Imagínate a Gandhi, Mozart o Newton en una misma aula. ¡¡Todos son inteligentes pero seguro que no responderían igual ante los mismos estímulos!!

En cambio, cuando un niñ@ se resiste ante una práctica de Yoga y no siente interés o intenta impedir que se lleve a cabo, debemos tener la apertura para no juzgar y no frustrarnos. Si nuestras ideas previas, nuestra intención o nuestro foco estaban en los resultados; probablemente no podamos evitar sentir malestar, una sensación de que “no funciona” o que el esfuerzo hecho no merece la pena. Pero si en vez de esto, sabemos que nuestra intención debe estar en acompañar y guiar al niñ@, en ofrecer o proponer en vez de enseñar; conseguiremos responder de una forma más comprensiva, más empática. Y en ocasiones, en esa respuesta, ¡¡habrá mucho aprendizaje!!



Consejo 3: Tú eres el mejor ejemplo.

Hoy en día ya sabemos que educamos más por lo que hacemos que por lo que decimos. En verdad, los niñ@s no siempre ponen atención a nuestros consejos o enseñanzas pero es fácil encontrarlos imitando nuestros comportamientos y reaccionando de la misma forma. Si pones tu foco y tú intención en la coherencia de tus actos, en tu propia práctica; será mucho más fácil que los niñ@s comprendan y empiecen a practicar Yoga.

Si quieres que tus hij@s comiencen a practicar Yoga, inicia tu práctica regular e invítales a acompañarte. Algunos días quizás estén a tu lado y realicen algunos ejercicios contigo pero quizás pronto pierdan la atención y empiecen a jugar con otra cosa. Esto está bien, es natural. Otros días, puede que tengan más interés y te apetezca enseñarles algo nuevo: una técnica de respiración, una canción, una práctica de silencio… Habrá días que no muestren ninguna curiosidad y ni si quiera estén cerca cuando tú dediques tu tiempo a la práctica… Será el momento para que profundices en ella y disfrutes de ese momento para ti.

Si eres maestr@ y practicas con un grupo de niñ@s en tu escuela o en algún centro, necesitarás alternativas para esos momentos de desconexión y desinterés. Es muy recomendable dedicar las primeras sesiones a hablar de ello. Exponles las opciones que tienen. Háblales de que es normal que algunos días no tengan ganas. Ofréceles tus experiencias personales o anécdotas, ¡¡las valorarán!! Y abre puertas para que hablen sobre qué creen que pueden descubrir con el Yoga.

Será muy importante que prepares tus clases con cariño y dedicación. Desarrolla tu creatividad y sorpréndeles!! Aunque no tengas expectativas es importante que planifiques y prepares tus clases con mucho detalle. El Yoga debe ofrecerles algo diferente, ¡¡algo especial!! Si a pesar de ello, algún día un niñ@ no quiere practicar, ¡¡respétalo!! Quizás puedes disponer de un rincón-caja con alternativas para esos momentos: mandalas, cojines, linternas, cuentos, mascotas, legos… 


Cuando un niñ@ es capaz de reconocer su desinterés por algo, lo comunica, lo expresa y siente que le comprenden y le ofrecen otra opción; ese niñ@ ha descubierto una nueva forma de respetarse y de respetar. ¡¡Quizás ese día es uno de los que más ha aprendido!!

viernes, 15 de diciembre de 2017

LA ATENCIÓN

La atención es uno de los factores clave que influyen en los procesos de aprendizaje. Según Escuela Con Cerebro, la crisis educativa que pasamos es en gran medida debida a la falta de atención del alumnado. Sabemos que para desarrollar una tarea con concentración es necesario ser capaz de mantener la atención durante un periodo de tiempo. Las maestr@s pedimos constantemente a las niñ@s que "presten atención" pero no les enseñamos a hacerlo y todavía menos, elaboramos estrategias o dinámicas para mejorar esta habilidad de nuestro cerebro.



Practicar Mindfulness o atención plena con regularidad ayuda a desarrollar dos tipos de atención; la atención focalizada y la atención abierta. La atención focalizada nos ayuda a concentrarnos, gestionar distracciones y  persistir en nuestros objetivos. Esta atención se entrena a través de un foco de atención (objeto) que en meditación suele llamarse "ancla". 

La atención es una habilidad mental regulada por redes neuronales conocidas como "la función ejecutiva" de nuestro cerebro responsables de la memoria, la autorregulación, la observación y los desplazamientos de atención. Entrenar estas funciones del cerebro van a ayudar a las niñ@s a responder con mayor precisión a cualquier reto.


Juego "Simón Dice"

Juegos como Simón Dice son estrategias muy útiles para incorporar la atención a nuestra propuesta educativa. Este sencillo juego puede convertirse en un reto especialmente cuando se juega con grupos grandes. Pueden participar niñ@s de todas las edades e ir variando la dificultad con variantes que puedes ir añadiendo. 



Paso a paso: 

  • Formar todos juntos un círculo de pie (preferiblemente) o sentados en las sillas del aula y elegir a un representante que será Simón y dará las instruciones (las primeras veces el adulto será Simón)
  • Simón da órdenes, las cuales pueden presentarse de dos maneras diferentes: empezar una orden con la frase “Simón dice…” o simplemente dar la orden. El objetivo de Simón es eliminar tantos participantes como sea posible hasta que quede uno solo, el cual será el ganador. Dependiendo de la manera en la que se da la orden, el grupo de oyentes la obedecerá o la ignorará. Simón los eliminará si estos obedecen las órdenes de manera equivocada o si las ignoran.
  •  Los participantes deben prestar especial atención a lo que Simón les ordena hacer. Si Simón da una orden que comienza con “Simón dice…”, los oyentes deben obedecer la orden de Simón. Si Simón da una orden que no comienza con “Simón dice…”, los oyentes no deben obedecer la orden. Si un oyente obedece de manera incorrecta la orden de Simón o si la ignora, queda eliminado por el resto de la ronda de juego.
  • Debes hacer que tus órdenes sean difíciles de seguir. Por ejemplo, cambia la manera con la que comienzas tu orden, precede algunas con la frase “Simón dice…” y otras no. Da tus órdenes de manera rápida para obligar a las niñ@s a tomar decisiones rápidas sobre si deben obedecer tu orden o no.

  • Continúa jugando hasta que solo quede un participante. El oyente que quede ganará la ronda y se convertirá en el próximo Simón.

Varientes para añadir dificultad:
Elegir sólo acciones que impliquen movimiento
Hacer sesiones temáticas
Tener varias vidas extra para poder perder 3 o 5 veces

viernes, 8 de diciembre de 2017

COMO LA PRIMERA VEZ

Me encanta trabajar con niñ@s por que con ell@s me mantengo conectada a la niña que fui y a mi esencia natural de experimentar como si fuera la primera vez. Autoras como Catherine L´Ecuyer o Susan Kaiser, expertas en obsevar al niñ@ desde su interior, nos hablan de la capacidad innata de los niñ@s para expresar la atención plena a través del asombro y la excitación por cualquier momento único. Así podemos verlos con la mirada perdida observando caer la lluvia, una mariposa revoloteando o un avión dejando su estela en el cielo.

Es maravilloso observarl@s y dejarse llevar!! Me encanta darme cuenta de estos momentos; entonces, desconecto el piloto automático y me concedo unos segundos de atención plena con ell@s, imitando su entusiasmo. Son mis maestr@s para volver al momento presente.


“Hoy sé que lo más importante que transmitimos a los niños es nuestra manera de ser. Los niños son muy sensibles. No viven desde el intelecto, sino que lo hacen desde sus sentimientos. Y lo más importante que podemos ofrecerles es nuestra presencia, nuestra tranquilidad, nuestra amabilidad y nuestra paz. Pero para poder transmitirles todas estas cosas necesitamos practicar”

Hermana Chan Dinh Nghiem de la sangha de Thich Naht Hanh.

En mi mindfulness a esta actitud de curiosidad innata la denominan "la mente del principiante". Nuestra mente, acostumbrada a analizar la vida rápidamente para ayudarnos en la tarea de percibir y sacar conclusiones; coloca contínuamente filtros entre la realidad y nuestra propia visión de ella. Los miedos, las ideas preconcebidas, las preocupaciones, los prejuicios... son constructos de nuestra mente adulta que nos hacen perder la naturalidad de cuando éramos niñ@s.

¿Y si experimentáramos la vida con la apertura y curiosidad de la primera vez?
Entrena tu mente de principiante
 

viernes, 1 de diciembre de 2017

EL EXPERIMENTO DEL LIMÓN



Cuando practicamos mindfulness desarrollamos la habilidad de anclar nuestra atención. Según Germer en su libro "The mindful Path to Self-Compassion"  la mayor parte de nuestro sufrimiento psicológico surge a raíz de la dispersión mental, que resulta agotadora. Cuando nos damos cuanta de que la mente está actuando de este modo, debemos proporcionarle un punto de anclaje, un lugar fijo y neutral al que poder dirigirse. 

Usar técnicas para aquietar la mente es una excelente fórmula para regular las emociones fuertes. Una práctica para conseguir esta meta es usar la botella de la calma para ir reduciendo los pensamientos repetitivos mientras observamos como el agua se vuelve más y más clara (como nuestra mente). Otra opción podría ser usar la respiración para calmar el sistema nervioso de forma natural intentando producir conscientemente una exhalación más larga que la inhalación, por ejemplo, inhalar en 2 y exhalar en 4.


Según Susan Kaiser, experta en mindfulness para niñ@s, las prácticas para aquietar la mente no sirven si las niñ@s no comprenden la conexión entre lo que piensan y lo que sienten. El experimento del limón es maravilloso para descubrir esta conexión y darse cuenta del poder sensorial que tiene evocar imágenes y pensamientos.

Experimento del limón: mente-cuerpo

Recomendado para niñ@s a partir de 7 años

Espacio: Sentados en el suelo con las piernas cruzadas formando un círculo o sentados en sillas. (espalda recta y manos sobre las piernas o encima de las mesas)

Paso a paso: 

  1. Hipótesis: Antes de realizar el experimento habla con las niñ@s y plantéales las siguientes preguntas ¿Creeis que los pensamientos pueden afectar a nuestras sensaciones corporales? ¿Creeis que nuestras emociones modifican el estado de nuestro cuerpo? ¿Podríamos vivir un enfado con una sonrisa en la cara? ¿Y al revés? ¿Crees que una emoción genera determinados pensamientos? 
  2. Preparación: antes de comenzar con el experimento es necesaria una preparación. Para ello, colocar un cuerpo atento (relajado, quieto y vigilante) y dedicar unos minutos (1-3 min) a respirar profundo y soltar todas las tensiones. Invítales a llevar la atención a todas las sensaciones de su cuerpo intentando aflojar más y más pero sin dejar de mantener la espalda recta.
  3. El limón: Cuando sientas que las niñ@s han conseguido alcanzar un nivel de concentración y relajación suficiente, pídeles que imaginen, con los ojos cerrados, un limón. Se trata de intentar observar todas las características del limón: color, textura, tamaño... Después de un breve tiempo, pídeles que imaginen que cortan el limón por la mitad y ayúdales para que sean capaces de observar mentalmente las cualidades del limón por dentro: el dibujo simétrico de los gajos, el color, el jugo...
  4. Experimento: ahora pídeles que cojan el limón mentalmente y le den un buen mordisco. Quizás pueden empezar saboreándolo con la lengua pero anímales para que imaginen que lo muerden como si fuera una manzana.
  5. Reflexión: Ahora pídeles que lleven la atención a su cuerpo. ¿Ha cambiado algo mientras imaginaban que mordían el limón? ¿Han notado tensión, grima, la acidez del limón? ¿Han producido saliva en su boca? Deja unos segundos para que tomen contacto de nuevo con las sensaciones corporales de ese momento.
  6. Conclusión: antes de terminar explícales que el cuerpo y la mente están conectados y todo aquello que le sucede a uno tiene su reflejo y consecuencia en la otra. Igual que un pensamiento positivo nos llena de energía vital, un pensamiento negativo nos puede aislar e incluso vaciar del todo. Es muy importante cuidar nuestros pensamientos y nuestro cuerpo. ¿Cual es nuestro alimento emocional? 
  7. Desconexión: invítales a que vayan moviendo suavemente los dedos de las manos y abran los ojos cuando se sientan preparados. 

Práctica inspirada en el libro "Juegos mindfulness" de Susan Kaiser
¿Te animas a hacer este experimento?